El sevillano, su "entonno" y la economía del lenguaje

Quien diga que el sevillano de casta no economiza el lenguaje y reduce extensas expresiones a palabras o incluso, en ocasiones, a interjecciones sólo entendibles por los que aquí vivimos miente como un bellaco. No lo digo por decir; lo puedo demostrar. Y es que hoy venía en el autobús y dos individuos iban manteniendo una conversación la mar de interesante, y yo, que no tenía nada mejor que hacer y que por lo que parece me he levantado con la vena cotilla temblando más que Pinocho en la máquina de la verdad, me puse a escuchar y pude cazar al vuelo las siguientes muestras de economía del lenguaje propias de estas tierras:

1.-Mientras un norteño cualquiera saludaría con la extensa frase: "¡Hombre, Ricardo, ¿qué tal? ¿Cómo estás?", aquí decimos un escueto: "¡¡¡Eseeee Richiiiiiiii!!!". Norte, seis palabras; sur, dos. Sin comentarios.

2.-La frase "Estoy de acuerdo" o "Me parece bien" aquí es un escueto "Aro". Ejemplo:

-¿Te parece que vayamos al cine esta noche?
-Sí, estoy de acuerdo (norte) / Aro (sur).

3.-"¿Te estás enterando?" o "¿Me comprendes lo que te digo?" se transforma en un "¿Abe o no?", proveniendo del más popular "¿Sabes o no?"

4.-En ciertas expresiones deberíamos empatar, pero somos tan astutos que recortamos la igualdad hasta convertirla de nuevo en triunfo. Un norteño, para expresar tanto cariño como desprecio, según sea el caso, puede decir "Querido amigo" o "maldito gilipollas". El sevillano dice: "Miarmaaaa", que debería ser "Mi alma" (dos palabras), pero aludo de nuevo a nuestra astucia para explicar la superioridad en la economía.

Sólo hay una excepción a la regla. Sólo en un caso perdemos. Y es que mientras que si a uno de Pontevedra le preguntas: "¿De dónde eres?", él responde con un escueto: "De Pontevedra", un sevillano diría: "De Sevilla, la mehón der mundo, abe o no, miarma?".

Ohú, ío, qué cansinos.