
De pequeño me ponía el pijama, unos calcetines blancos de estos gordotes de deportes y las babuchas (yo me imaginaba que las babuchas eran los zapatos negros). Cogía todas las pinzas de tender que podía y las iba colgando por el pijama y para mí eran cremalleras. Admiraba a este hombre, como casi todos los niños de los años ochenta. Incluso aprendí a bailar un poco como él.
Luego crecí y se fue la admiración, y hasta el interés por su música (me quedé en el Dangerous; luego ya no sé ni qué ha hecho).
Personalmente creo que el pobre ha debido tener una vida muy triste, por mucho dinero que tuviera. Pero lo desconozco. Eso sólo él lo podía saber; quizá era el tío más feliz del mundo.
Me cuesta hasta creer que se haya muerto.
Descanse en paz.
5 comentarios:
Yo creo que el padre lo había manipulado y programado para que sólo pudiera ser feliz en lo alto de un escenario.
Creo que era tan inseguro que necesitaba la admiración absoluta del público.
Y que no le gustaba ver rasgos de su padre en él, y que por eso se operó tantas veces.
Y que quería tanto a los niños porque a él nunca le dejaron ser uno.
Y que era inocente, lo tuvo que pasar realmente mal cuando se le acusó de perverso porque unos aprovechados tergiversaron todo lo que intentó hacer bueno, fuera de la música.
Y que ha estado perdido toda su vida, y que bautizó su mansión con su percepción de la realidad: Neverland.
Creo que nunca tuvo los pies en el suelo.
Y me siento como si se hubiera muerto Eduardo Manostijeras.
Era un genio... un incomprendido...excentrico, neurotico, habitante de su propio mundo...
Todo el mundo dice (incluida yo) que estaba loco...Quizas simplemente, no queria crecer en su Neverland y preferia jugar con sus ninios perdidos...
"have you seen my childhood...?"
crack !
Joder, yo creo que a todos los que hemos vivido los 80 y los 90 nos ha marcado, aunque luego perdiéramos interés (como yo creo que él también) por su música.
Se ha ido un grande
Un abrazo, Carlos!!!
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