
Hoy vengo a hablar de un estrato social bien reconocido por todo el que vive en ambiente urbano primordialmente -aunque no siempre se salvan los rurales- y cuyos integrantes, que le dan cuerpo y lo conforman, parece que han nacido para molestar, ignorando yo, entre las muy pocas cosas que ignoro (me encanta ponerme pedante), si ellos mismos son conscientes o no de lo que llegan a turbar nuestros calmados ánimos y, por ende, no lo hacen con maldad y alevosía, o si, siéndolo plenamente, lo hacen sólo por y para joder, y no en el buen sentido de la palabra, sino en el más malo malote del mismo. ¿De quién estoy hablando? De aquellos que, hagan lo que hagan, siempre llevan delante dos palabras que los delimitan y los definen, marginándolos de cualquier equívoco o malentendido: el puto. Traigo varios ejemplos:
1.-El puto niño la moto: Como buen andaluz que soy, de casta y origen, me como el de, que además así parece que se dice con más ganas. En efecto, no pocas son las veces que uno se encuentra tranquilamente sentado en el sofá de su casa viendo una película, o escuchando música, o en la cama leyendo un libro, por qué no, que sí, que yo leo, que sí; y, de repente, todo se ve turbado por un tubo de escape PREMEDITADA Y VOLUNTARIAMENTE alterado para producir más contaminación acústica de la estrictamente necesaria. Y sí, es en ese momento en el que sale de tu boca la maldición entre dientes con cuerpo de palabras: "El puto niño la moto..." En ocasiones, en realidad, en la mayoría de las ocasiones, no falta un: "La madre que lo parió..." Esa señora, tan tranquila que estará en su casita o donde cojones quiera estar, sin saber que justo en ese momento se están acordando de ella porque a su puñetero hijo le da la gana de ir diciendo a la ciudad: "Aquí estoy yo y me váis a escuchar porque yo quiero y porque soy muy chulo".
2.-El puto vendedor: Oh, sí. Estos sí que sacan el asesino que llevas dentro, sí. Ay, cuando suena ese teléfono y tú piensas: "¡Qué bien! ¡Me llama un amigo y voy a tener un rato de agradable charla!", y ya nada más descolgar y oír que preguntan por ti pero citando tu nombre y apellidos y además es una voz desconocida, y tú JUSTO EN ESE MOMENTO sabes que vas a tener que aguantar EN TU PROPIA CASA que te vayan a intentar colar algo... Ufffffffffff. Además, estos guarros tienen una variante muy común que a los siesteros como yo nos toca especialmente la moral. Su modus operandi se basa en: "Ya que te molesto, te molesto con estilo y categoría; o sea, a lo grande: JODIÉNDOTE LA SIESTA". Que también son ganas de hacerle gritar e insultar a uno, porque vaya. Me molesta, me molesta tener que decirle palabras tan feas, lo digo de verdad y de corazón, pero es que a mí nadie me despierta de la siesta para venderme algo. NADIE.
3.-El puto vecino de arriba: Aquí me pongo ya en plan brillante, aquí mi blog adquiere ya categoría de manual de estilo, y, con toda la prepotencia, soberbia y egolatría que soy capaz de desplegar, digo altivamente: Ver entrada-5 de noviembre del 2009. Ea. Intertextualidad, se llama. Vale, sí, soy gilipollas.
4.-El puto mamón de la mierda la cabra: Aquí la pobre cabra se lleva la rabia del enunciado cuando la criaturica lo único que hace es tener el organito de los cojones al lado. Y el mamón que le da al play, claro, porque encima el muy obsceno ni siquiera nos deleita con un poco de arte en directo, no. Lo único que hace es poner el maldito organo a to pasto nada más que para reventar más tímpanos. Eso sí, a veces tocan la trompeta.
Hay muchos más, por supuesto, pero no quiero que la entrada se haga excesivamente larga, y, como siempre, pido vuestra colaboración, que seguro que usáis la palabra "puto" más de una vez y dos al día para englobar en la comunidad de putos a todo aquel que, bien sea por mérito propio o adquirido a la fuerza por la generosidad de un gran jefazo, como es el caso del vendedor telefónico, se gane a pulso ser uno de los elegidos.
Sigo estudiando. Putas oposiciones... Puta academia... Puto tribunal...
4 comentarios:
jajajajajaja.....
lo que me gusta cuando empiezas ha hacer el despliegue con númeritos jejeje.
creo que la única vez que digo puta es para nombrar a mi jefa, pero a veces se merece un puta zorra...
ay... lo que me rio con tus entradas por dios...
y puto betis claro!
falta el puto jefe....
y el puto capullo que te toca los huevos :D
SARA: ¿y "malfollá" dónde te lo dejas?
TABO: qué bueno, lo de puto betis. Se me había olvidao, joén. Te deberías hacer un blog. Uno que no cierres.
Tocapelotas hay muchos.
Me gusta lo de la intertextualidad. Si es que como somos los filólogos...
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