jueves, 17 de diciembre de 2009

Cronch, cronch



Yo soy una persona comprensiva, abierta -VEIS DEMASIADO PORNO, lo he dicho mil veces; abierta de "admito tendencias", no de putilla. Ofú, ío, qué salidos estáis-, que no cierra puertas a opiniones varias, que le gusta dialogar... Todo esto si no hablamos de David Bustamante; ahí lo siento pero no, nada de transigencias ni la madre que me parió. Sé que a veces puedo ser demasiado crítico y puedo, en estas ocasiones, tener el aspecto del típico desquiciado intransigente malfollao, pero nooooooooooooo, yo en el fondo soy muy buenooooooooooooooo, cándido, noble -y no soy un caballo-, etc, etc. Tranquilos, las manos abajo, no es que me haya dado otro ataque de egocentrismo y me vaya a pasar toda la entrada hablando de mí, no. Es que he puesto la radio y he escuchado por enésima vez un puto anuncido del demonio que ya me está afectando personalmente. Lo de anoche, amigos, no fue un terremoto, era yo temblando de ira. Sí, porque es que hay cosas que no, que por muy abierto y por muy permisivo que tú quieras ser, pues no, no se puede y ya está. Porque ya entramos en el terreno del ataque personal y uno llega a pensar que es que hacen anuncios para tocarle a uno las narices y hacer más difícil la vida. Y por ahí sí que no paso.

Estoy hablando de un anuncio de productos El Guijo. Ufffffffffffffffffffffff. Es que ya oigo Guijo y me pongo de la mala leche, y eso, amigos de esta bendita empresa, significa que algo estáis haciendo mal, porque supongo que vuestro cometido cuando publicitáis vuestras cositas de comer es precisamente el contrario: alcanzar la empatía.

Mira que me gustan las patatas fritas, ¿en? Mira que es que entran a cualquier hora del día, da igual. Yo veo un plato de patatas fritas y a él que me lanzo. Pues ya me lo estoy pensando, fíjate. Y es que estos señores han lanzado un anuncio un poco peculiar -por no decir un poco mierda-, que es de esos que MOLESTAN. Es radiofónico, no lo he visto en la tele, pero es que como apenas veo la tele, pues no sé si estará en versión audiovisual. Creo que prefiero no verlo, la verdad, porque si la mujer que habla en dicho anuncio tiene la cara que yo me imagino, prefiero mil veces subir a la niña de la curva haciendo autoestop en el coche que a ella.

Ya de entrada, el eslógan de la marca tiene miga: Productos El Guijo, un acierto fijo. Anda que te has rebanao los sesos, campeón. Estos han comunicado vía ultratumba con Shakespeare para que les dictara la frasecita, porque tanta sutileza, brillantez y magnificencia no se alcanza si no es drogado, ¿no te jode? Ahora haced una canción; la letra podría ser algo así como: Si compras El Guijo no te corrijooooooo uooooooooh; compra El Guijo para tu hijooooooo, oh yeah!; Ya tu madre te lo dijo, ligarás con El Guijoooooooooooooooo mmmmmmmmyeah! Sería una canción memorable, sí. ¿No dan ganas de tirarme lo primero que tengáis a mano con esta letra del demonio? Pues eso me pasa a mí cuando escucho el puto anuncio y pienso en El Guijo.

Pero vamos al tema en cuestión. Resulta que de repente escuchamos a una mujer CON VOZ DE HURRACA, porque, hostias, ya podían haber cogido a una tipa con otra voz, que no es cuestión de que deseemos morir a bocados antes que escuchar otra vez el anuncio y esa voz del demonio, no, se trata de COMPRAR PATATAS FRITAS, putos descerebrados; escuchamos a esa mujer, digo, tragando patatas mientras habla -sí, sí, con la boca llena, como suena; y no está hecho en plan coña, no, es que parece que así te quieren demostrar que las patatas fritas están muy buenas. Señores del Guijo: no estáis descubriendo América; las patatas fritas le gustan A TODO EL MUNDO-, y diciendo que qué buenas están, que qué sanas y no sé que hostias más. Ya de por sí todo esto da ganas de quemar patatales sólo para arruinar al Guijo, sí, pero, como suele ocurrir en estos casos, no se iba a acabar ahí la cosa, noooooOOOoooOOOOooo. Encima la muy sádica de la hurraca con la boca llena de patatas -que debe escupir cachitos mientras habla, porque vaya manera de comer tiene la muy insaciable... Copón, ¡¡¡que estás rodando un anuncio, deja de tragar por UN SEGUNDO!!!- no para de decir durante estos veinte segundos aproximados que dura el crimen papas fritas. Ea. PAPAS, que queda más campechano y cercano. Vete a freír monas, hombre. Que si las papas fritas El Guijo esto, que si las papas fritas El Guijo lo otro... y todo ello, quiero reiterar aunque quede pesado, con voz de hurraca con la boca llena. Para comérsela a besitos, vamos.

Y yo cada día entiendo menos a los publicistas. QUE HAY QUE VENDER EL PRODUCTO, señores. Esta gente o tiene un topo que quiere hundirlos entre el equipo de márketing o vete tú a saber qué pasa en esta siniestra empresa.

Moraleja y consejo del día: a tomar porculo El Guijo, que hay muchas marcas de patatas como para tener que aguantar obscenidades como esta. Papas fritas, papas fritas... UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF!!!!!!

3 comentarios:

aidanone* dijo...

Pues a mí no me gustan las patatas fritas... (de bolsa)
Y jamás había oído hablar de El Guijo.

Quién sabe, a lo mejor hay un concurso para empresas fabricantes de patatas fritas de anuncios malos.

Tytyvillus dijo...

Solo te digo que pruebes las regañás del Guijo....Te cortarás las orejas pero están tela de buenas.

sara dijo...

no oí hablar de esas patatas , yo soy de las onduladas y con palomitas por encima (ñam ñam)

pero desde luego que desagradable el anuncio, si es que a esa mujer no le enseñaron que se come con la boca cerrada, ni que no se habla con la boca llena, que mal por dios...

guapo!!!!!!!!