martes, 15 de diciembre de 2009

Cuando haces ¡pop! ya no hay stop

Hoy vengo a ilustraros hablando de las principales capitales de ese continente amigo llamado África. Mi blog, como puede apreciarse si uno le da un repasito rápido, tiene un altísimo contenido cultural. No me gusta la vulgaridad, no me gusta hablar de cosas fútiles, en absoluto; yo sólo busco, humildemente, iluminar a todo aquel que tiene a bien pasar por mi sencilla y modesta morada que es este rinconcito acogedor que cada día preparo con cariño y esmero. Vayamos, pues, sin más y como he adelantado en la primera sentencia de esta, mi entrada de hoy, a repasar, cual mochileros ansiosos de beber del saber cultural, las principales capitales africanas. Empecemos por... poor...

Mmmmm...

Eeeemmmmm....

...

Hoy vengo a hablar de potorros resbalosos. Sí, sí, que nadie se escandalice, que lo de hoy tiene enjundia. Antes de comenzar a relataros la escalofriante historia, quiero advertiros de que este que está aquí ha tenido que vérselas ya con acontecimientos impactantes que le hacen a uno pensar que nada a estas alturas puede sorprenderle, como ya he afirmado en alguna ocasión. ¿Qué hay, si no, de aquel individuo que se colgó una mancuerna del grifito de la alegría para que le creciera unos centímetros? ¿O, sin ir más lejos, del señor que, muy educado él, interrumpió al saxofonista de jazz que luego no era jazz en medio de la actuación porque por prescripción facultativa tenía prohibida la música contemporánea? Mariconadas, mariconadas; lo de hoy sí que tiene miga, amigos. Lo de hoy sí que sorprende pero de verdad.

Elizabeth Poblete -no pienso hacer ningún comentario con respecto a ese apellido; hoy no- es una levantadora de peso chilena que por lo visto está muy fuerte y levanta unas mancuernas la mar de gordas. Bueno, en este caso no son mancuernas, sino pesas bien grandes y, como su propio nombre indica y sin querer ser reiterativo pero teniendo que serlo, pesadas. Todo Chile la admira, todo Chile la tiene en los altares -esto me lo estoy inventando; lo mismo ni la conocen. No te digo que no sepan quién es Zamorano, ese sí porque es (era) futbolista, pero a una levantadora de pesas quién cojones la va a conocer. Los flipaos de las pesas, claro, esos sí, pero lo que viene siendo el pueblo llano... no sé, diría yo que no, ¿no? Hombre, a menos que en Chile digan "Uy, las pesas, qué importantes, qué importantes, vamos a seguir este deporte a partir de hoy y ya no vamos a hacer nada más en nuestra vida que seguir este deporte, sí, sí. Pues hay una Elizabeth Poblete -no, no, no digo nada del apellido, de verdad; hoy no, hoy no- que es una fiera levantando pesas, vamos a saber quién es desde ahora y si alguien nos pregunta: "Oye, ¿tú sabes quién es Elizabeth Poblete?", pues nosotros respondemos: "Una levantadora de pesas, una levantadora de pesas", y así ya todo Chile sabe quién es Elizabeth Poblete -vaya apellido, ¿no?-, y ya está-. El caso es que esta mujer que no tengo ni idea de si los chilenos saben quién es o no estaba entrenando tan tranquila cuando de repente echó un niño por el perrete, potorro, hucha, santo orificio, raja, breva, conejo, papaya, chumino, panocha, almeja, concha, chirri, felpudo, chochín o como quieran llamarlo, y, ojo al dato, ni siquiera sabía que estaba embarazada. Recapitulemos: mujer muy fornida se agacha para levantar pesa, flexiona sus piernas, sujeta fuertemente el hierro, aspira, levanta y ¡flop!, niño que sale pafuera impulsado a la velocidad de la luz sin ni siquiera conocerse por parte de sus progenitores que había sido engendrado. La secuencia auditiva fue la siguiente:

-"Vale, va, venga... un, dos, tressss... UUUUUMMMPFFFFFFFBUUUUUAAAAAAAAAHHHOSTIAPUTA ESTO QUÉ ES???????????"

Escalofriante. He estado indagando un poco en la vida de esta mujer hormonada y he sabido que algo así no era la primera vez que le ocurría. Al parecer, ella ni siquiera sabía que tenía novio. Un día se preparó un bocata de pollo y arroz -es que estos comen estas cosas- y se sentó en el sofá a ver su serie favorita -Walker Texas Ranger-, pero notó que se había sentado sobre algo, y cuando miró, dijo: "Ho'tia. ¡¡Una polla!!", y engendró, engendró, pero ella no lo supo, como he dicho, hasta el día del entrenamiento fatal. Luego se casó sin querer, porque fue a una boda pensando que era la invitada y, cuando se dio cuenta, le estaban tirando arroz en la cabeza -arroz que ella aprovechó para guardar en un tapperware para preparárselo con pollo cuando llegara a casa- porque se había casado sin querer.

En fin, que la vida de esta mujer ha sido una vorágine de sucesos inesperados que han encontrado su culmen en el nacimiento de este retoño que ahora está tomando un bibi de pollo con arroz, porque quiere seguir los pasos de su madre y levantar pesas y follar sin querer y estas cosas que hace su madre, sí, y... nada, que me voy a ir despidiendo ya, que ya pega.

Bueno, antes os quiero mostrar el momento del parto -mejor dicho, unos segundos antes-, para que así también le veáis la cara a Elizabeth Poblete, la mujer de vagina deslizante que da a luz a niños sin darse cuenta -ya sabéis lo mejor que hay para los dolores del parto: levantar pesas- y pongáis rostro a esta escalofriante historia. Es esta:



Ya sé que más de uno estará pensando, por la imagen, que a esta más que escapársele un bebé parece que se le está escapando... en fin, no quiero ser escatológico, así que mejor me voy ya y todos tan contentos.

Buenos días, España.

N. de la R: en pos de la verdad, he de reconocer que me he inventado un poco lo del sofá y la boda, pero lo de que ha parido entrenando y lo de la foto es verdad, que viene en el periódico. Que yo sólo ofrezco veracidad y realidad, por si queda alguna duda. El padre del niño no sé quién es, pero un tío al que le gustan las mujeres fuertes y fornidas, eso sí.

3 comentarios:

sara dijo...

da igual cuantas veces lo lea, esto es pa reír y no parar, por dios!!!! que no es normal!!

que pasa que con tanto músculo, no le salió ni un bultito por la zona de los abdominales??

coño que nos va a tener ahora a todas haciendo levantamiento de pesas por tal de no tener una panza kilométrica y con dolor de espalda, que se busque sitio el crío, aunque bueno se pierde el encanto de ver como crece ¿ no ?

una noticia muy curioso si señor, pero me a gustado mucho mas tu forma de redactarla, ay que risa... por dios!!

Teniente O´Neil dijo...

Bueno bueno, la verdad es que la noticia tiene tela, lo escuché camino a la oficina. No se como pueden suceder esas cosas pero la madre naturaleza es así de hija de puta. Porque hombre, soy mujer, y pensar que me puedo quedar embarazada, seguir con mi spining, jartarme de vino, de fumar y demás y no enterarme...,no es lo mas divertido del mundo.
Por cierto que raro que no hayas comentado nada del careto que tiene que tener ese pobre niño con semejante madre, porque vamos, porque sabemos que es una tía, pero... quien lo diría.

aidanone* dijo...

jojojojo esto es mú fuerte!