
Quedarse a medias tintas es de nenazas. Esto es asín, y se aplica al ámbito que se quiera aplicar, pero se cumple. ¿De qué sirve marcarse un objetivo y luego dejarlo a la mitad? De nada. Si vas andando a un destino que está a una hora de camino, no tiene sentido darse la vuelta a los treinta minutos, ¿verdad? Las cosas se acaban o no se empiezan; ahora, hacerlas en plan "Ay, ay", pues no.
Pues con los delitos, lo mismo. O se delinque de verdad, de frente, con ganas, con ánimo resoluto, o te quedas en casa viendo programas del corazón. A mí me viene un nota por la calle y me dice: "Oye, dame to el dinero que tengas, pero se me ha olvidao la navaja en casa", y, claro, ya no es lo mismo. Ya no te tomas tan en serio al señor ladrón. ¿Por qué? PORQUE HA IDO A MEDIAS, y así no se roba, señor, así lo que haces es el ridículo más espantoso. Aunque claro, si el maleante en cuestión está muy fuerte, no necesita navaja, pero ahí ya entramos en un campo de cierta ambigüedad, porque, claro, no ha llevado navaja pero se ha pasado horas en un gimnasio, así que, de alguna manera, ha completado su tarea por otro camino más largo, pero camino al fin y al cabo. Pero bueno, esto es otra historia distinta y no quiero apartarme de mi fin principal.
En Tenerife tienen muy claro que las medias tintas no sirven ni para envolver el pescado, así que los tinerfeños sí pueden ser llamados hombres de pro, de bien, hombres que acaban sus tareas como es debido y que no se andan con jueguecitos. O sea, en Tenerife tienen dos cojones bien puestos, sí señor. Si no, que se lo digan al protagonista de mi historia de hoy -de nuevo, historia gratuita, por supuesto-, que ha sido detenido por la policía por algo que el día de mañana va a poder contar a sus nietos en modalidad-reydeespaña, es decir, lleno de orgullo y satisfacción.
Te para la policía mientras circulas en tu vehículo. Uuuuuuh, qué fuera de la ley, qué loco te puedes sentir ese día, que te han parado por exceso de velocidad, uuuuh, uuuuuuh, qué machote, qué proscrito, qué James Dean eres, uuuuuuh. Pamplinas. Mi amigo tinerfeño sí que tiene cojones. Max Power -le voy a llamar así porque la noticia no da su nombre y este tío es UN TRIUNFADOR- tiene dos cojones como una catedral, y puede contar con orgullo que un día fue detenido por conducir borracho, fumando, sin carné, sin seguro y pa más inri sin haber pasado la ITV. Diréis: "¡Qué mamón!". Sí, pues encima resulta que es manco. Anda. A ver, recapitulamos: manco, borracho, fumando, sin carné, sin seguro y sin la ITV pasada. Eso es que te detengan, cojones, y lo demás son mariconadas de nenas repipis.
No lo he podido confirmar, pero posiblemente llevaba una pistola en la guantera, un alijo de coca bajo el asiento del copiloto, una rubia secuestrada en el maletero y un disco de David Bustamante en el reproductor de música.
Señores, por favor, un poco de seriedad.
3 comentarios:
El tío este ya tenía claro que lo iban a detener, así que por una cosa más o una cosa mensos...
*menos
yo no me explico, ¿ cómo puede ser que lo hayan detenido?...lo lógico sería ponerle de ejemplo para aquellos niñatos que beben cogen el coche y se la piñan... lo que les queda por aprender de este gran hombre...
tela...y seguro que ni se quemó con el cigarrillo, ni pisó la linea blanca, seguro que le detuvieron solo por que era manco, bueno y es, que no se a muerto, y ya se encontraron con todo el papelón del hombre...
este tio si que vale, si señor!!
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