El rompehuevos

Bueno, después de varios días consecutivos escribiendo cosas profundas y adornándolas con mi voz de ángel -juas-, hoy vengo dispuesto a ser, de nuevo y como siempre fue y debió seguir siendo, muy crítico. Hoy vengo a hablaros del rompehuevos.

Llaman rompehuevos los invidentes a las barandillas de media altura que por la calle se puede uno encontrar cuando camina y que, para los que vemos, no suponen mayor problema, pero que para los ciegos pueden llegar a suponer, y de hecho suponen a veces, un fuerte impacto en lo que viene siendo la huevera. Pues bien, este nombre me ha inspirado a la hora de idear un artilugio que, en mi modesta opinión, sería muy util en cierto tipo de circunstancias y para ser aplicado a cierto tipo de personas. Ayer me quedé en casa sin salir, y descubrí que la programación de los viernes noche no desentona con la del resto de la semana; o sea, que es una mierda, vaya. Pero la palma se la llevó el momento en que cambié a canal sur -¡qué gran canal!-. De repente vi a este... ¿niño? cantando un tema de no sé qué año y no sé qué folklórica de turno, poniendo caritas y guiñando ojitos y haciendo mariconadas varias. Como no he encontrado el video de la magnífica actuación de ayer, pongo este, que para el caso viene a ser más o menos lo mismo, aunque está un poco menos histriónico el chaval, cosa que me jode porque me gustaría que lo viérais en todo su esplendor:



Y es aquí donde entra el rompehuevos. El rompehuevos vendría a ser un artilugio con un grueso muelle tensado en cuyo extremo superior fuese acoplado un puño de acero, estilo Mazinger-Z, que, a la presión de un botón, recibiera un impulso frontal de tal magnitud que le hiciese ser proyectado hacia delante para que, colocado a la debida altura, es decir, a la de la entrepierna de la persona sobre la que quisiéramos aplicar el rompehuevos, proporcionara un golpe de tal intensidad que llegara a tornar fémina la voz de la víctima en cuestión. Dicho en cristiano: al padre del niño este le daba yo un rompehuevazos de los de verdad. Pero no sólo al padre: al taxista que lo llevó desde su casa hasta el plató, al regidor del programa, al presentador, al que decidió que esto era digno de encontrar un hueco en el espacio nocturno de canal sur -¡qué gran canal!-, al director de canal sur, al peluquero que le hizo ese corte de pelo y a la madre que me parió.

Porque, niño, vamos a ver:

1.-TIENES que escuchar más rock and roll.

2.-TIENES cara de niña repipi, y cantar ese tipo de canciones NO AYUDA.

3.-LO DE GUIÑAR EL OJO A LA CÁMARA es de la transición, ¿estamos?

Pues sin más me despido. Espero que el chavalito no encuentre nunca mi blog navegando por internet, porque es muy joven y aún tiene tiempo de rectificar y no es cuestión de hundirle la moral tan joven, y qué voy a decir yo, que hasta hice la primera comunión con una pajarita la mar de mona y miradme qué machote estoy hecho ahora.