La teoría de la relatividad

Tener un mal día es relativo. Yo hoy podría decir que he tenido un mal día. He salido del trabajo pensando: "Ostia puta, qué mal día". Y me voy a acostar pensando: "Qué mal día, ostia puta". Pero claro, si Dale, guarda forestal de Mississipi, me oyera decir esto, me diría: "Tú eres maricón". Porque Dale sí que sabe lo que es tener un mal día. A Dale sí que no le da ya miedo nada, ni levantarse con dolor de cabeza, ni tener un día chungo en su trabajo, ni que su suegra vaya a casa a pasar un fin de semana ni nada de nada.

Porque Dale es un tío del que se puede decir que en veinte minutos ha pasado por todo lo que se puede pasar en esta vida. Dale es un fenómeno, señores.

El buen hombre estaba limpiando la parte trasera de su casa. De repente oyó un prrrrrrrrrrrrrrrrrr, o algo parecido, y se dio cuenta de que a su lado había una serpiente de cascabel. "¡Cojones!", pensó (o "Fuck!!", en su idioma natal), y se fue a por su arma para matarla. La cogió, y camino de vuelta, se encontró con un enjambre de abejas. Se asustó y se cayó, se le disparó la escopeta y se hirió a sí mismo en la rodilla. "Ostia, qué mala suerte", diréis. No, no. Aún hay más. La serpiente, hija de puta como ella sola, se le acercó en ese momento de debilidad y le mordió. Y la mordedura le provocó cuatro paros cardíacos.

Ea. ESO es un mal día. Aunque ahora que lo pienso, yo he tenido un mal día. Dale es un poco torpe.

Nota mental: Carlos, cuando creas tener un mal día, acuérdate de Dale.

N. de la R: cualquier parecido entre el individuo de la foto y Dale "el espabilado" es pura coincidencia.