
Ese soy yo. El nuevo Topoto. ¿Por qué? Porque me lo como todo. Y no en el sentido sexual, sino en el puramente alimenticio. ¿Y por qué? Porque tengo ANSIEDAD. ¿Ansiedad de qué? DE CANTAR. Me cago en los muertos del otorrino, me cago en los muertos del trabajo que me hace gritar, me cago en mis muertos por haber cantado mal o por lo que ostias sea que me ha jodido la voz, pero NO AGUANTO MÁS. Quiero cantar, esto es peor que dejar de fumar. ¿Y qué pasa? Que como no puedo cantar, me frustro, me tiembla el pulso, me pongo nervioso, irascible e insoportable -estoy de una mala ostia que no me aguanto- y me da por comer. Y no como lo normal. Como MUCHO. Ya he engordado dos kilos -porque claro, no como zanahoritas o verduritas, no, como donuts de chocolate (viva el chocolate)- y a ver dónde para esto. Para muestra, un botón:
1.Cena de ayer: un plato de arroz con pollo, dos flamenquines gordos, un huevo duro, un yogurt y un donut de chocolate.
2.-Desayuno de hoy: un café con leche, un batido de chocolate, una viena de pan tostada con mantequilla toda entera y un zumo de naranja.
¿Es esto normal? Pos no. Como más que el gato de Arguiñano y esto se tiene que acabar. O canto o engordo, una de dos.
Me voy, que tengo hambre.
1 comentario:
Si...La comida y los niveles de serotonina...somos pura quimica...
Ains...
Publicar un comentario