
Hoy he tenido una lucha cuerpo a cuerpo con un mosquito. Y me duele decirlo, pero me ha ganado. Ha sido más listo que yo, el muy hijo de la gran puta. Y eso que yo tenía el insecticida. Por un momento nos hemos mirado a los ojos, y juraría que me ha retado. Le he perseguido, pero no he logrado mantener el control. Sin dejar de presionar el... el... ¿Cómo cojones se llama lo que pulsas para que salga el spray? ¿Botón? ¿Pulsador? ¿Ves? Si por algo me ganan los mosquitos; bueno, pues sin dejar de pulsar el eso como un poseso y con la lengua fuera como una burra en celo, le he perseguido, pero él ha logrado escapar. Incluso ha habido un momento en que, en una arriesgada táctica que enseñan en el ejército, he dejado que se posara en mi pierna desnuda y que empezara a picarme -chicos, no hagáis esto en vuestras casas- para entonces darle el zambombazo con la mano... pero es rapido el condenado. Ahora está en cualquier rincón, riéndose de mí y frotándose las manos por el festín que se va a dar esta noche. Porque este no es tonto y estoy seguro de que sabe dónde duermo.
Hijo de puta. Y mira que era grande el mamón. Que san Fogo me proteja, porque por una vez... el mosquito ganó al hombre.
1 comentario:
jajajaajaj
pues yo gané ayer contra el si, se ve que el mio era bobo y despistao que no sabe que una mano cuando se mueve rapido hacia su direccion, no es pa darle un cariñito... no no...
asi que gané.
(sara)
Publicar un comentario