domingo, 16 de agosto de 2009

Me gusta el porno

Eso dirá Andresito, el protagonista de mi historia de hoy, individuo italiano del que desconozco el nombre y, como siempre, le pongo el primero que me viene a la cabeza. Pues bien, Andresito acudió a un festival erótico llamado Erótica Tour -como se puede apreciar, los organizadores se estrujaron los sesos buscando un nombre original-, movido seguramente no por la amplia pasión por el porno que se le presupone al chaval, sino sobre todo porque al parecer su actriz favorita, una tal Milly D'Abbraccio -a la que juro que no conozco de nada... es que yo soy más de porno norteamericano-, hacía una especie de show sobre un escenario -creo que era una charla sobre el último libro de Paulo Coelho-. Pues bien, el joven al que hemos decidido llamar Andresito, el artista anteriormente conocido como El hombre que se hacía más gallolas que un mono viudo, en la materialización de su sueño más dorado, sentado como estaba en la primera fila -los buenos espectáculos hay que verlos siempre de cerca-, fue invitado por la actriz a subir al escenario con ella.

Bueno, hasta aquí todo "normal".

Lo malo es que a Andresito se le fue todo el riego sanguíneo de la cabeza -¿ánde se le iría la sangre; ¿en? ¿Ánde?- y cayó desplomado a los pocos segundos presa de la emoción, siendo socorrido inmediatamente por la eficiente actriz y, al ver que no reaccionaba, por los servicios sanitarios. Tal fue el síncope que tuvo incluso que ser trasladado a un centro hospitalario.

Bueno, hasta aquí todo "más o menos normal".

Pero es que ahora viene lo bueno. Y es que las primeras palabras de Andresito al abrir los ojos tras ser reanimado fueron: "He visto a la Virgen".

A ver, Andresito. Vale que te hayas enamorado de una actriz porno, a todos puede pasarnos. Vale que seas un vicioso tan reconocido que te dé igual ir a un festival de estos e incluso ser grabado con cámara para que lo pueda ver todo el mundo. Pero... ¿¿¿¿virgen???? Illo, ¡¡¡QUE ES ACTRIZ PORNO!!! Que está más sobá que la barandilla del metro, Andresito.

En fin, al final va a ser verdad eso de que encerrarte en el baño largas horas mata neuronas. Yo por si acaso voy a empezar a vigilar las palmas de mis manos no me vayan a salir pelillos, que también decían eso en mi época.

Y, aunque sé que esto es totalmente innecesario porque, escasos lectores, creéis mis palabras a pies juntillas, traigo el video de tamaño momento; el video del día en que Andresito vio a la virgen. Animalito... Va por ustedes.

1 comentario:

Johann Sebastian Blas dijo...

vaya mierda de sevilla... al final vas a tener hasta razón maricona!!!