
Los gilipollas con gracia me hacen gracia. ¿Por qué? Porque, como su propio nombre indica, gilipollas con gracia, tienen gracia. De vez en cuando, estos seres hacen alguna capullada que te hace decir: "Mira, el tío este, qué gracia, el jodío". No voy a discriminar el hecho de que normalmente te hacen gracia cuando sus gilipolleces no te afectan directamente a ti, sino a otro, porque, claro, si sus imbecilidades tienen una consecuencia directa sobre tu persona, pues la cosa cambia un poco y ya dejan de ser gilipollas graciosos para adquirir la categoría de gilipollas de mierda. Pero bueno, digamos que tienen un pase y que incluso en muchos casos ayudan a este mi blog a seguir en pie. Hablo de los gilipollas con gracia susceptibles de convertire en gilipollas de mierda de carácter público, claro, porque los gilipollas con gracia susceptibles de convertirse en gilipollas de mierda anónimos, bien porque su gilipollez no ha alcanzado los niveles de brillantez necesarios para convertirse en públicos o bien porque nadie se ha enterado de su gilipollez, no ayudan a mi blog en absoluto, porque ni me entero de que existen. Lógico.
Pues bien. Hay otro tipo de gilipollas que estos ya me molestan más. Son los gilipollas sin gracia. Estos no es que sean susceptibles de convertirse en... Estos es que son directamente unos tocapelotas. Los tocapelotas no tienen gracia, todos lo sabemos. Supongo que la diferencia radica en la intencionalidad. El gilipollas con gracia hace la gilipollez sin intención, sin querer -Fue sin querer queriendo, que diría el gran referente mundial de los años setenta, El Chavo del Ocho-, mientras que el tocapelotas o gilipollas sin gracia hace su gilipollez concienzudamente, queriendo, e incluso a veces cargado de mala leche. Y la mala leche no me gusta. No me gusta nada.
Larry Ochs, saxofonista estadounidense con más de treinta años de carrera, ha tenido que sufrir en sus carnes las consecuencias de topar con un capullo integral. ¿Y de dónde era el capullo integral? Sí, hijo, sí. Esta vez nos ha tocado. Español. Ea, con dos cojones.
Festival de Jazz de Sigüenza, Guadalajara, año 2009. Larry Ochs y su grupo, Larry Ochs Sax & Drumming Core, cierran con su actuación dicho evento. De repente, mientras el pobre hombre y su pobre grupo tocan tranquilamente y como llevan treinta años haciendo, un energúmeno cagaflautas interrumpe la actuación a gritos y protestas. ¿Estaban violando a una joven? No. ¿Estaban maltratando a un niño o a un indefenso animal? No. ¿Estaba cantando David Bustamante? Tampoco. La razón... que no estaban tocando Jazz puro sino música contemporánea. Hostia, todos al suelo. Pero el tocapelotas este, al que vamos a llamar Manolito, no se conformó con tocar los huevos en el festival, no. El muy hijo de la gran china puso una denuncia, porque, al parecer y según palabras del propio Manolito, tiene contraindicada psicológicamente la música contemporanea... ¡¡¡por prescripción facultativa!!!
-Señó, se va usté a tomá dos CDs de Jazz puro después de cada comida y con un vaso de agua, y NI SE ACERQUE a la música contemporánea, ¿en? NI-SEA-CER-QUE. ¿Estamo?
-Estamo. Si yo veo argo raro, denunsio, doctó, denunsio.
En fin. ¿Qué tipo de locura tendrá este hombre? He de decir que, a pesar de que me cae mal, me solidarizo un poco con él, porque yo mismo rayé esta enfermedad psicológica después de ver a Bisbal, Bustamante, Chenoa y toda esa fauna junta. Joder, que me acuerdo y me entran escalofríos. Si verlos por separado ya afecta... en grupo...
El caso es que el bueno de Larry no se lo ha tomado mal, se ha reído y ha declarado: "Después de esto, ya tengo algo que contarle a mis nietos".
Efectivamente, Larry. Ya tienes algo que contarle: que un día estuviste en esta nuestra España, que te encontraste con un gilipollas sin gracia de los que aquí tanto habitan y que, y ojo, porque esto es verídico (visiten la página del diario El País si no se lo creen), hasta la Guardia Civil se presentó en el recinto para analizar tu música y, tras arduos y dedicados estudios, la benemérita dictaminó, tricornio incluido, que lo tuyo es música contemporánea y no Jazz. Ea. Y eso después de treinta años. Manda huevos, que diría Trillo.
3 comentarios:
pobre hombre, el saxofonista claro,que con lo complicado que es, y toda la vida estudiando jazz, seguro.. pa que el gilipollas sin gracia, tocapelotas y capullo sin duda, le haga la faena...
pobre, ahora van y le dicen que no hace jazz, por dios...
y prefiero a los americanos eh!, al menos ellos haces estupideces increíblemente graciosas, nosotros siempre estamos dando por culo, no me digas.
lo que me e reído con tu explicación de los tipos de gilipollas que existen...JAJAJAJAAJAJAJAJAA
guapoooo
español tenía que sé...
y en qué quedó la denuncia?
Jajajaja dado que conozco a la que lo organiza no creo que sea malo hacerle publicidad. Además, en ningún momento he dicho que no vaya a hacerla...
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