
Todos vemos uno y, sobre todo si es chiquitio, le decimos: "Mininooo, mininooooo, bssssssssssss, bssssssssss", y, si el minino en cuestión se nos acerca -cosa que dudo, porque los gatos son unos antipáticos cabrones por norma general-, hasta se nos suele escuchar un: "Ay, qué lindo". Sí, ay qué lindo porque son gatos normales, gatos de miau, miau y de me meo en la tierrecita. Pero si se te acerca Óscar, Osquítar, corre, amigo. Corre. Aunque me parece que si Óscar se te acerca, lo tienes chungo, por mucho que corras.
Resulta que el gato de los cojones este es muy mono él y predice la muerte. Vive en una residencia de ancianos, en Sidney, Australia, y unos días antes de que un viejete la vaya a palmar, el minino simpático se pone a dormir en su cama. Anda, ahora pega ojo si tienes huevos. Ni con un "vaish, vaish" ni tirándole un pedruscón se va el puto gato del pie de tu cama por lo visto. Que digo yo que te darán ganas de decirle: "Oye, ¿y tú no te puedes haber equivocao, maldito mamón?". Pues no. El bicho este al parecer no se equivoca nunca. Vamos, hasta resulta que todo el personal médico estaba convencido de que un viejete iba a espichar y el gato se negó en redondo a dormir en su cama y se quería ir a la de un viejo de al lao. Que el viejo aparentemente sano le diría: "Nooooo, mira, te has equivocao, mira, resulta que sí fallas, ea, ahora qué, Osquítar. ¿En? ¿Ahora qué?". Y no había acabado de decir "Ahora qué" y ya había pasado a mejor vida el abuelete. Que no se equivoca el muy hijo puta del gato.
Bueno, pues eso. Que en Australia le han cogido un miedo al bichaco este que lo flipas, y el médico que lo ha entrenado desde pequeñito como gato para terapias -a ver qué cojones quiere decir eso y en qué consiste la labor del gato, aparte de ser un portador de malas noticias, por lo que se ve- ha escrito un libro "para dar una imagen más amable de Óscar". Mira, doctor, tú eres UN FLIPADO DE LA VIDA. A ver cómo cojones vas a dar una imagen amable de un gato que se queda a dormir en el pie de tu cama porque te vas a morir. Lo que no puede ser, no puede ser. A mí me parece muy bien que tú te quieras sacar la pasta gansa vendiendo el librito sobre tu adorable Óscar, pero no te me acerques; ni tú ni tu gatito del demonio, porque te juro que le echo arsénico en el Whiskas, y yo me moriré, pero me lo llevo a las tinieblas, ¿estamos? ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Un Frankenstein? ¿Tú no te puedes dedicar a curar amígdalas como to dios? Noooooo. Tú tenías que coger un michín y transformarlo en una máquina de la muerte, ¿no? A barrer las calles te ponía yo, a ti y a tu gato.
¿Ves? Si es que a mí nunca me gustó el nombre Óscar por algo.
2 comentarios:
muy bueno, si señor, estaría bien un gatito así en mi resi, mas que nada por tenerlo todo preparado ya pa cuando pase ... ay que mala soy por dios, pero luego te pilla de sorpresa y no veas tu que jaleo se monta eh!
pero si miedo si da, yo ese gato no me lo llevaría a casa, no dormiría tranquila, pensando si duerme conmigo por que soy su ama o porque la voy a palmar.
tuuuuuusaaaaaa, fuera bicho!!!!!!
NIE BLOG, KISSES FROM GIUDY
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