jueves, 11 de febrero de 2010

La gran mentira de Chanquete



Yo, amante de la acracia (y el porno) donde los haya, vengo hoy sumido en una profunda tristeza y desasosiego. Hoy me he dado cuenta de lo tremendamente utópico de mi planteamiento supresor de toda forma de autoridad y dominación. Alguien dirá: "¿A los casi treinta y dos años te has dado cuenta de eso?", y yo respondo: "Pues no, pues no", pero, claro, también sé que me voy a morir algún día y ando tan feliz por ahí, pero lo mismo cuando me paro a pensarlo me deprimo (menos cuando pongo la tele y sale Bustamante; en ese momento la muerte no es un destino tan cruel). El caso es que he hecho mi enésima visita al supermercado en estos dos días (dónde quedó el practicismo de comprar todo a la vez, Carlos. ¿Dónde?) y ya se me han hinchado un poco los huevos o los cojones, para ser más fino. Y es que no habrá democracia real mientras existan los viejos. Oh, sí, qué bestia soy, sí, sí; "Eres un animal", dirán algunos, pero en el fondo, muy en el fondo, sabéis que tengo razón. Los viejos son unos mendrugos. Lo siento, pero los llevaría a una isla aparte para que rularan por ahí e hicieran sus cositas, junto con David Bustamante, eso sí. Sé que dentro de un rato lo mismo releo mi entrada y digo: "Hay que ver lo hijo de puta de puedo llegar a ser a veces", soy consciente, pero es que los viejos se creen los reyes del mundo, y el supermercado es uno de sus territorios favoritos para desplegar la autoridad que la vida y los años les han ido quitando poco a poco. Coño, para algo está la DGT, cojones: estrechamiento de camino; ¿quién pasa? El que haya llegado primero. Menos si uno de los dos es un viejo, claro. Entonces da igual que te tenga que arrollar (que luego no te arrolla, sólo te molesta, por el desequilibrio obvio de fuerzas), y hasta que se tenga que cagar en tu puta madre (bendita ella), él pasa por sus cojones y porque sí. Malditos viejos del demonio, el suelo no es vuestro. Existe una cosa que se llama vivir en comunidad y en concordia, y no podéis ir andando por ahí obviando las leyes lógicas de la física que indican que en medio metro cuadrado no caben dos personas, hostia puta del demonio. Y si uno os saca dos metros de ventaja en el terreno, no corráis para poneros primeros porque sí, porque os ha dado la gana, que luego os entra fatiguita y os quejáis del lumbago.

Es por ello que abogo por la creación de Viejochocholandia, un terreno especialmente creado y habilitado para el desarrollo de esta semifauna oligárquica del demonio, y en el cual, en pos de una felicidad y cordialidad mutuas, podrían echarse cojones los unos a los otros en vez de andar pensando que porque exceda la setentena ya se tiene derecho A TODO.

Ahora, eso sí, cuando yo tenga setenta años que nadie venga a tocarme los cojones, que yo me muevo por donde quiero y paso por donde quiero y punto, ¿en? Os aviso. Mariconas.

Esto se llama "hacer amigos".

1 comentario:

sara dijo...

si, los abuelos son lo mejorcito de lo mejorcito, un entretenimiento para nuestro lado mas perverso en la cola de un súper o cualquier tienda, pero a ti quería ver Yo con ellos en una residencia, intentandoles explicar que la pastilla azul es igual que la blanca, que solo cambia el color, aunque tiene su gracia encontrarte alguna que te diga muy cariñosa (prefiero pensar que es así) ¡¡ PUTAAAAAAAAA!!

Y como no... dios!! que risa tia felisa!!!!